¿Cada cuánto limpias tus brochas de maquillaje? ¿O alguna vez las has llegado a limpiar? Son elementos de uso diario que, sin una limpieza adecuada, pueden llevar a la acumulación de bacterias, células muertas y productos acumulados.
Sin una limpieza adecuada, estas partículas pueden mezclarse y obstruir los poros, lo que puede derivar en brotes de acné y otras irritaciones cutáneas. Además, una brocha sucia pierde su capacidad de aplicar el maquillaje de manera eficiente, resultando en una cobertura desigual o un acabado poco profesional.
Olvídate de comprar brochas nuevas cada mes, pero lee esto para aprender a mantenerlas limpias.
1. Frecuencia de Limpieza
La frecuencia de limpieza de tus brochas depende de su uso y del tipo de productos que aplicas. Las brochas que usas a diario, como las de base y corrector, son las que más acumulan restos de productos y bacterias.
Por lo tanto, es recomendable limpiarlas al menos una vez a la semana para evitar que se conviertan en un caldo de cultivo para impurezas que puedan afectar tu piel. Si no las limpias con regularidad, corres el riesgo de que las partículas de maquillaje se mezclen con bacterias y suciedad, lo que podría causar brotes de acné o irritaciones cutáneas.
Por otro lado, las brochas que usas con productos en polvo, como las de sombras o rubor, no requieren limpieza tan frecuente. Sin embargo, es importante limpiarlas al menos una vez al mes. Con el tiempo, los restos de maquillaje en las cerdas pueden afectar la eficacia de la brocha, haciendo que la aplicación del maquillaje sea menos precisa y sucia.
Establecer una rutina de limpieza adecuada según el tipo de brocha es clave para mantener tanto tu piel como tus productos en perfecto estado.
2. Métodos para Limpiar las Brochas
La frecuencia con la que se deben limpiar las brochas depende del uso y del tipo de productos aplicados. Se recomienda limpiar las brochas de uso diario, como las de base y corrector, al menos una vez a la semana.
Las brochas que se usan con productos en polvo, como las de sombras o rubor, deben limpiarse con menos regularidad, pero aún así es necesario realizar una limpieza mensual.

Jabón Neutro y Agua Tibia:
Llenar un recipiente con agua tibia y colocar una pequeña cantidad de jabón neutro o detergente suave en la palma de la mano. Sumergir las cerdas de la brocha en el agua y luego frotarlas suavemente en el jabón. Aclarar con agua tibia, asegurándose de que el agua no entre en el mango de la brocha para evitar que se dañe. Repetir el proceso hasta que el agua salga limpia.

Limpiadores Específicos para Brochas:
Existen limpiadores especiales para brochas que ayudan a eliminar los residuos de maquillaje de manera más rápida y eficiente. Estos productos están formulados para no dañar las cerdas y pueden ser especialmente útiles para la limpieza de brochas de maquillaje profesional. Para su uso, se recomienda aplicar el limpiador directamente sobre las cerdas de la brocha y frotar con un pañuelo o toalla limpia.
3. Secado y Almacenaje
Una vez que las brochas están limpias, es crucial secarlas adecuadamente para mantener su forma y evitar que se deformen o se deterioren. Se recomienda secar las brochas horizontalmente sobre una toalla para evitar que el agua entre en el mango.
La limpieza regular y adecuada de las brochas no solo prolonga su vida útil, sino que también mejora la salud de la piel. Invertir tiempo en el cuidado de estas herramientas es fundamental para mantener una aplicación perfecta y saludable del maquillaje.
¡Esperamos que gracias a estas recomendaciones mantengas todas tus brochas limpias!
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